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Esta facultad humana, entre
otros animales, actúa por contacto de sustancias solubles con la lengua. El
ser humano es capaz de percibir un amplio repertorio de sabores como
respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos textura,
temperatura, olor y gusto. Viéndolo de forma aislada el sentido del gusto
sólo percibe cuatro sabores: dulce, salado, ácido y amargo.
La lengua:
Posee casi 10.000 papilas gustativas que están
distribuidas de forma desigual en la cara superior de esta. Por lo general
las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta
de la lengua, las sensibles al ácido ocupan los lados y las sensibles a lo
amargo están en la parte posterior.
La lengua es un órgano musculoso de la boca y es el asiento principal del
gusto y parte importantes en la fonación, masticación y deglución de los
alimentos. Está cubierta por una membrana mucosa y se extiende desde el
hueso hioides en la parte posterior de la boca hacia los labios. El color de
la lengua suele ser rosado. Su principal función es la contención de los
receptores gustativos, que nos permiten degustar los alimentos. También
contribuye junto con los labios, los dientes y el paladar duro, la
articulación de las palabras y sonidos. |
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Enfermedades del
sentido del gusto:
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Pérdida del sentido: para conservar este sentido se debe de mantener una
higiene bucal adecuada, que se consigue con cepillos y dentríficos.
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Embotación de sensibilidad gustativa: cuando se saborean sustancias muy
ácidas o muy fuertes (picantes, etc.)
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Irritación de la mucosa lingual: ocurre por exceso del humo del tabaco,
provocando que disminuya la percepción de los sabores.
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Prevenir enfermedades como la
caries en dientes y muelas,
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periodontitis y/o gengivitis, en las encías.
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